Los vínculos artificiales by Nathan Devers

Los vínculos artificiales by Nathan Devers

autor:Nathan Devers [Devers, Nathan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Distopía, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2022-01-01T00:00:00+00:00


Capítulo 10

A la mañana siguiente, Julien recibió una agradable sorpresa al encender el teléfono: según Google Noticias, el valor del cleargold se había doblado durante la noche debido a un flujo repentino de transacciones, efectuadas en su mayor parte por fondos sauditas. El mismísimo príncipe heredero, conocido por su ambición de diversificar la economía de la península arábiga, había hecho alusión a esta criptomoneda en una conferencia de prensa, lo que había instado a los inversores de su país a apostar por aquel «oro transparente», más fiable que el dorado y el negro. Sus declaraciones habían provocado un seísmo. En pocas horas, el precio de los activos inmobiliarios en el metaverso se había multiplicado por 2,8 en todas las grandes ciudades. «Según los cálculos de numerosos expertos —explicaba un artículo en Échos—, la subida disparada del cleargold debería acentuarse aún más durante el próximo semestre, dado que el ejemplo saudita podría inspirar a multitud de especuladores». Gracias a Mohammed Ben Salman, la fortuna de Vangel, tan solo un mes después de registrarse en el juego, equivalía a más de 4500 euros.

Julien se acercó a la ventana y respiró una gran bocanada de aire fresco. Un beneficio neto de 4100 euros entre el 3 de julio y el 16 de agosto: en un plazo de seis semanas, el Antimundo le había reportado lo que ganaba en el Instituto de Música a Domicilio en tres meses. Es que nunca en su vida había ganado dinero con esa facilidad. A Vangel no le hacían falta más de cinco minutos para agenciarse una casa y Julien tardaba dos horas en conseguir un cheque de treinta euros. No había comparación entre el IMD y Heaven. A partir de ahora, el juego sería su trabajo y su trabajo, un juego. Ya no tendría que ponerse la alarma al amanecer y languidecer en el transporte público de la mañana a la noche. Solo tenía que ser como Vangel: un tipo que se ganaba el pan chasqueando los dedos. Un vago que movía miles y millones en el ordenador. Como rentista virtual, jubilado de la realidad, Julien se enchufaría 2500 euros al mes gracias a las plusvalías de su antiyo y esa suma cubriría de sobra sus necesidades.

¿Cómo sería su nueva vida? Mientras digería aún la noticia con una taza de café, se dio cuenta de que no tenía ni idea. Su único pensamiento en aquel momento era pedir una excedencia en el IMD. Telefoneó a Irina Elevanto y le saltó el contestador. Estaba de vacaciones y no sería posible contactar con ella hasta el 4 de septiembre. Llamó a la centralita del instituto y pidió que lo pasaran con el Departamento de Recursos Humanos. Le remitieron a Max Kerec, responsable digital y administrativo. La conversación fue expeditiva y breve. Julien expresó su deseo de solicitar una excedencia y Kerec cuestionó el término excedencia, ya que no se correspondía con su condición de trabajador autónomo.

—Lo único que puedo hacer —dijo tras una breve explicación jurídica— es eliminar tu perfil de nuestro sitio web.



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